Antes de poder alcanzar el ojillo cuando era un niño, imaginaba qué podría ocurrir del otro lado de la gran puerta. Me causaba curiosidad al escuchar pisadas, voces y sonidos extraños. Creo que aquello despertaba mi imaginación a nuevos mundos y la espera de que alguien familiar tocara y llegara a casa.
© 2012 Axel Basurto Salazar |